La adolescencia es un período durante el cual el adolescente debe empezar a conocerse a sí mismo y al mundo que lo rodea y a separarse del adulto. Proceso que recibe el nombre de desvinculación
El consumo puntual de drogas como alcohol o cánnabis forma parte de estos aprendizajes y los adultos deben poder tolerar estas conductas y entenderlas como parte del proceso de experimentación propio de la adolescencia, sin asustarse excesivamente. Esto no significa no ser conscientes del riesgo que corre un adolescente que consume tóxicos, ya que todo consumo implica un riesgo, sino que lo importante es que el joven pueda hablar de ello, y un discurso muy persecutorio por parte de los padres puede impedir este diálogo.
Es importante que los adultos, en particular los padres, sean buenos referentes para los adolescentes. Si padre y/o madre hacen un cosumo abusivo de alcohol y/o cannabis, difícilmente podrán hablar con sus hijos de los peligros del consumo. Puede suceder que un primer consumo de cánnabis alarme a los padres, que en cambio toleren consumos importantes de alcohol, a veces, dentro de la propia familia. Este mensaje ambiguo confunde al joven.
Por otro lado, es fundamental incentivar la comunicación con los hijos, no en forma de interrogatorio, que los adolescentes toleran muy mal, sino siendo los propios padres los que inicien el diálogo, contando sus experiencias, anécdotas del día, reflexiones, y a través de este diálogo transmitir los valores necesarios para transitar adecuadamente en esta etapa: aprender a decir que no, a hacer frente a la presión del grupo, a aceptar la diferencia, a tolerar la frustración, etc. Cuando se da esta comunicación en general, si el joven tiene algún problema con el consumo, recurrirá a los padres.
Se trata de acompañar al adolescente en esta etapa y observarle, con el objetivo de verificar que no aumenten estos consumos experimentales de drogas, como cánnabis o alcohol. Si éstos aumentaran se debería solicitar ayuda por parte de profesionales especializados que atenderían a los padres y al joven. Si éste no quisiera acudir siempre pueden ir los padres que recibirían la orientación sobre cual tiene que ser la actitud para ayudar al hijo a dejar las drogas.
Con implicación por parte de la familia, motivación por parte del joven y el soporte terapéutico adecuado lo habitual es que se transite por esta complicada etapa hacia la edad adulta realizando los cambios y aprendizajes necesarios por parte de la familia en su conjunto.
